El protestó, pero ella le dijo que se iba a tomar una aspirina y que se iba ir a la cama, que no había necesidad de que él se quedara en casa. Así que el marido se puso el disfraz y se fue.
La mujer, después de dormir una hora, se despertó bien, sin dolor. Como era temprano, decidió ir a la fiesta, y como el marido no sabía cual era su disfraz, ella pensó que sería divertido observar como actuaba cuando estaba solo.
Ella llegó a la fiesta y enseguida vio al marido bailando en la pista con cada chica con la que se cruzaba, tocando un poco por acá tirando besitos por allá. La mujer se le acercó y empezó a seducirlo. El dejó a la mujer con la que estaba y se dedicó a la recién llegada (su mujer). Ella lo dejó avanzar todo lo que él quiso.
En un momento, él le susurró una proposición en el oído y ella aceptó. Salieron, entraron a uno de los coches y tuvieron sexo de todas las maneras y posiciones.
Antes de desenmascararse, a medianoche, ella se escabulló, fue a su casa, se quitó el disfraz y se metió en la cama, preguntándose qué clase de explicación le iba a dar su marido.
Cuando él entró, ella estaba sentada en la cama, leyendo. Con aire distraído le pregunta:
-¿Cómo te fue?
-Bueno, lo de siempre... Ya sabes que no lo paso bien cuando no estoy contigo.
-¿Bailaste mucho?
-Ni una sola pieza. Cuando llegué, me encontré con Roberto, Juan, Carlos y otros, y nos fuimos a la planta baja y jugamos al póquer toda la noche...
¡¡ Lo que no vas a creer, es lo que le pasó al tipo al que le presté mi disfraz!!
CHR
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